jueves, 5 de abril de 2012

UTOPIA

Mirando en el espejo descubro esta mujer, naciendo de nuevo, con muchas arrugas, quizás con mucha experiencia o quizá, no tanta. Pero feliz porque los cambios son el fruto de la nueva cosecha que me brindó la vida. Hoy observo los surcos de estos ojos, esos ojos que un día quisieron abarcarlo todo, creyendo en utopías. Que quiso cambiar al mundo, que todo lo emprendía como una gran aventura, desde subir corriendo un cerro en zapillas de color apasionado. Abstrayéndome, mirando ese cielo celeste, en las blancas arenas de aquella playa inmensa que atraían mis pies plantados cual raíces. Soñando con viajes a tierras lejanas, en la tosca chalana que todas las tardes mi padre lanzaba a la mar. Hoy siento que la vida me dio el mar más celeste, la aventura más linda, escalar el cerro más alto, con lindas zapatillas de color esperanza. Saber que nací hace sesenta y un años; que formé una familia, la más linda utopía, que lancé a la mar, en la tosca chalana de mi padre viejo, en aquella infinita playa de blancas arenas.

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